domingo, 22 de febrero de 2009

¿Por qué?

No lo entiendo. ¿Por qué soy yo el culpable? ¿Tan malo es lo que pienso (o lo que podría pensar) que no vale de ningún modo? ¿Es rigor lo que yo veo como impresentabilidad y parcialidad? ¿No son opiniones lo que ellos creen? ¿Hay que respetar las opiniones de los otros salvo cuando son las suyas? ¿Hay que burlarse y despreciar entonces? ¿Alabar a los mediocres? ¿Esconder avergonzados el sentido común? ¿Creer la mentira si es roja, azul o verde; pero nunca si es amarilla? ¿Y si es gris? ¿Y si hubieran sido los otros? ¿Callarse ante la injusticia del otro "lado"?


¿Solo "a" puede pasar a "b", pero nunca "b" a "a"? ¿Solo han de hacer ellos esfuerzos por cambiar, por comprender? ¿Debo yo aislarme entonces? ¿Renunciar? ¿Puedo renunciar? ¿Es justo sentirse tan solo, con tan poca gente contigo? ¿Es lo que merezco por estar equivocado? ¿Lo estoy?


¿Y si no lo estoy?

NO AL PENSAMIENTO ÚNICO.
VOTA LO QUE QUIERAS.

sábado, 28 de junio de 2008

Desde ahora y hasta el MIR

http://aventurasenoviedo.blogspot.com/

A partir de hoy, mis noticias aquí. Oviedo tiene un sitio aparte. Difundidlo a quien le interese.

Gracias a todos por vuestro apoyo y vuestros regalos. Me dais la energía que no tengo.

viernes, 30 de mayo de 2008

El Finlandés Volador


(Turku, 1897 - Helsinki, 1973) Atleta finlandés, conocido en las pistas como "El finlandés volador". Miembro de una humilde familia, su infancia transcurrió en una pequeña cabaña de los bosques, donde se vio obligado a llevar una dieta basada en verduras y pescado seco, lo que unido a los fríos inviernos finlandeses, fue clave para dotar a este hombre de una resistencia sobrehumana.

Su debut olímpico tuvo lugar en Amberes, en la prueba de 5.000 metros, cuyo récord ostentaba desde hacía ocho años su compatriota Hannes Kolehmainen, y si bien le fue imposible adjudicarse esta prueba, no ocurrió lo mismo en los 10.000 metros, donde se impuso con toda facilidad, lo que significó el primero de la dilatada colección de oros que jalonan su trayectoria. El segundo llegaría en las pruebas individuales (el cross de ocho kilómetros) y en el campeonato por equipos de campo a través.

Con veintisiete años, le esperaba París para su segunda cita olímpica. Allí, dispuesto a continuar la tradición de los finlandeses que había iniciado el héroe de su niñez, Kolehmainen, condujo a su país a la victoria por equipos en el cross y ganó otras cuatro medallas de oro en los 3.000 metros por equipos y el cross individual (pruebas que ya no se celebran), los 1.500 y los 5.000 metros, carreras que disputó en un mismo día y con sólo una hora de descanso entre ambas, lo que no era pequeña proeza, y más si se tiene en cuenta que aquél fue uno de los días más calurosos en la historia de París, algo que no pareció afectarle lo más mínimo.

De hecho, las asfixiantes temperaturas causaron tal cantidad de colapsos y desmayos entre público y atletas, que el COI decidió suspender para siempre la prueba campo a través individual de los Juegos Olímpicos. En total, obtuvo cinco medallas de oro y hubiese ganado una sexta, pero el comité finlandés estimó que era demasiado para el atleta y no le permitió participar en los 10.000, prueba que se adjudicó su compatriota Ritola con un nuevo récord mundial.

La técnica de Nurmi se basaba en el mantenimiento de una zancada regular. Como dato anecdótico, hay que citar que en aquellos tiempos en que no se daban los resultados al final de cada vuelta, él llevaba su propio cronómetro en la mano izquierda, lo que le permitía saber sus tiempos siempre, e imponer su propio ritmo a la carrera. En 1925 pasó cinco meses en los Estados Unidos, durante los cuales ganó todas las carreras en las que participó, lo que le sirvió como entrenamiento para su tercera Olimpiada, Amsterdam 28, en las que conquistó el oro en los 10.000 metros y la plata en los 5.000 y 3.000 metros, de nuevo compitiendo contra Ritola. No pudo competir en Los Ángeles 32, acusado por la Federación de haber percibido dinero durante su estancia en Norteamérica, lo que le hacía perder su estatus de amateur.

En 1952, cuando los Juegos se celebraron en su país, el Comite Olímpico Internacional, le exoneró de toda culpa. Él fue quien entró en el Estadio Olímpico de la capital finlandesa portando la antorcha olímpica para encender, entre vítores atronadores y aplausos, el pebetero con el fuego simbólico. El estadio en pleno se estremeció cuando el héroe apareció en la pista, con menos pelo, pero con su buena forma física habitual. A su retirada, Nurmi contaba en su palmarés con doce medallas olímpicas, nueve de ellas de oro y tres de plata; además, había acumulado un total de treinta y un records -marca todavía no igualada-, entre 1929 y 1932, y ostenta el máximo récord de medallas de oro -cinco- conseguidas en atletismo en unos mismos Juegos, en 1924.

domingo, 18 de mayo de 2008

The Joker

Porque soy un repetitivo del carallo

martes, 13 de mayo de 2008

Gracias a todos

Mucho tiempo después, vuelvo a postear. Quería agradecer aquí (ya que es muy difícil hacerlo personalmente a todos) el enorme apoyo de todos con motivo del fallecimiento de mi abuela. Fueron momentos duros, pero en compañía de la familia y con vuestro aliento en el cogote se hizo mucho más soportable.

La verdad es que fueron días tristes, pero de gran alivio al final. Tanto mi abuela en primer lugar, como mi madre y mis tíos después, habían sufrido mucho los años anteriores, con la demencia; y las últimas semanas con su caída, operación e insuficiencia renal.

Lo cierto es que Abutota se merecía descansar.

Además, reflexionándolo, tiene un lado bonito. Porque la despedimos como a ella más le gustaba, todos juntos. Porque nos dejó a los ochentaymuchos con una gran vida por detrás. Y porque aparece la siguiente generación: apenas 10 días después nació la que hubiera sido su primera bisnieta, Rita; y por si fuera poco mi primo Choan también va a ser papá, como supimos el día del entierro de Abu.

Es el curso de las cosas, de la vida, con sus tragos duros, pero vida al fin y al cabo.

Lo dicho, gracias a todos por vuestro apoyo, con el que sé que sigo contando, y por vuestra oración. Y evidentemente, contad conmigo siempre. Pero eso también lo sabíais. Gracias a todos.

Y gracias, Abutota.

domingo, 20 de abril de 2008